domingo, 3 de febrero de 2008

Primer día

Empezaré por hoy mismo. En otras entradas contaré como empezó todo.
Pero hoy toca contar lo que pasa hoy.
Es algo que ya tenía yo bastante claro, pero ahora más.
Hay que vivir hoy y ahora.
Esta mediodía han terminado de administrarme mi primer ciclo de quimio.
Ahora estoy disfrutando de poder reflexionar y hablar con alguna buena amiga.
Ahora estoy feliz porque aún no hay efectos secundarios.
Ahora me río con mi hija, mi marido y mis amigas pensado como será mi look sin pelo.
Si decido sombrero , pañuelos, gorra o boina....
Saboreo estas horas sin dolores ni malestares.
Al fin estamos en marcha. Los días anteriores de incertidumbres y pruebas pasaron afortunadamente.
Termino esta entrada para poder charlar tranquila con mis amigos y disfrutar con mi niña de estos ratos sin molestias ni efectos... No sabemos cuanto duraran así que a exprimirlos


Esta soy yo ( de momento sonriente y con pelo)


2 comentarios:

Pal dijo...

He llegado hasta aquí por mera casualidad, no sabía de la existencia de este blog; han pasado muchos años, demasiados mami… He leído comentarios de gente preguntándose porqué no continuaste con el blog, me temo que el silencio fue inevitable.

El 17 de octubre de 2009 te fuiste definitivamente de mi vida, pero llevabas mucho tiempo marchándote…
Cuando leo tus pequeñas reseñas me tiembla el corazón y dejo de ver las letras del teclado. Fueron tantos días amargos después de aquellos tan solo agridulces.

Tras las agujetas hasta en la pestañas, llegaron los pelillos omnipresentes por toda la casa, la crisis de los sandwiches del rodilla, la pérdida de todos los sabores, el queso de cabra que los demás no podíamos ni tocar…

Recuerdo cuando te bebías el aliño de las banderillas picantes porque ya nada te sabía a nada, las tostadas con aceite, sal y miel que solo yo te podía preparar bien y un colacao con grumitos. El baño inventado, los días en que eras como una niña pequeña, cuando aun recordabas quien era yo…

Las semanas de hospital, las pastillas de colores, el día que me quedé encerrada en el pequeño patio de tu habitación del Ruber y me tuvieron que sacar las enfermeras; aquel día empezaba segundo de la E.S.O., en unas semanas me graduo del Bachillerato, ¿sabes? Me encantaría que estuvieses aquí, te hecho tanto de menos, siempre me pregunto que pensarías de la persona que ahora soy, te fuiste justo cuando más cambian los adolescentes, pero estoy segura de que sin aquel golpe yo sería otra.

Pal dijo...

Hubo momentos muy variados en aquellos años, recuerdo como empezó todo, faltaban días para mi cumpleaños, no recuerdo cuantos años iba a cumplir, creo que todo aquello dejo de ser importante, las fechas los años, el tiempo en sí se dobló, se arrugó, se rompió en mil pedazos ante las emociones absorbentes de aquellos días; me diste a elegir, o estabas conmigo en mi cumpleaños o en navidad, yo lo único que quería era saber que pasaba cuanto antes y seguro que tú también. Tras la esperanza, tras la ansiedad y tras la incertidumbre apareció el cáncer.
Siempre te mostraste fuerte ante mí, y creo que por eso fue peor ver como te derrumbaste finalmente.
Mi memoria a veces regresa a todo aquello; los fines de semana de tres días de quimio, tu y yo acurrucadas en aquellas camas móviles con las que jugábamos; viendo en aquella pequeña televisión portátil los telefilms de antena3 que no he podido volver a soportar ver. Las pastas de té y el periódico los domingos, los cafés de máquina, los deberes de religión que tanto odiaba apoyada en aquella mesita auxiliar. Aquel programa de radio de parejas del que nos reímos, las boinas y pañuelos que buscamos juntas, el pitido del gotero, las bolsas naranjas de medicamentos impronunciables a lo que no podía dar el sol, las vías, el "y luego yo soy la mala de la película"…

Bajar las escaleras tipo cabaret, los días en parís en los que aun estabas bien y parecía que todo había terminado cuando ni siquiera había empezado…

La quimio suave, los análisis de sangre con desayuno después, el levantarme pronto los fines de semana para ir a verte antes que nadie más y estar un rato solas, la espera en los ascensores del hospital recopilando tooodo lo que te iba a contar… Prepararte regalos y pequeñas tonterías que siempre te hacían sonreír…Aun eras tú, aun estabas bien.

Luego las cosas cambiaron y ya no podías valerte por ti misma y papá te tenía que sujetar al andar porque veías doble por el tratamiento, aquella radioterapia experimental que te dejó peor de lo que estabas. Solo ibas del sofá a la cama y después ni eso; se te hincharon las mejillas como a un herbo.
Un día te ingresaron finalmente en el hospital, cuando ya todo era inevitable; para sacarte de la cama te levantaban con una especie de arnés, papá se tenía que quedar a dormir contigo y yo me quedé sola, pero hablábamos cada noche.
Todo el mundo te visitaba, te traían bombones, plantas, regalos, no querían decir adiós con las manos vacías.
Se te hacían moretones de estar tumbada y no moverte y al final te llevaron a una residencia a pasar ya la recta final. Estaba lejos y todas las tardes iba andando hasta allí pero tu te habías refugiado muy dentro de ti misma; casi ya no hablabas, ni entendías, ni recordabas… La abuela te cantaba coplas; (ella murió hace muy poco).
Aquel sitio olía para mí a acelgas dulces, al igual que el respirador que te pusieron.

El último momento de lucidez que yo viví contigo fue cuando llevé a minnie y a emanu y te reiste al verlos.
La última vez que oí tu voz fue cuando papá me llamó por teléfono y tu te pusistes y preguntastes dónde estabas, quién era yo y dónde estaba Paloma; se me rompió el corazón.
Cuando moriste yo no estaba ahí, me dijeron que simplemente dejaste de respirar...
El día después del velatorio no fui al colegio, recogimos tus cenizas que más tarde fueron a donde tu querías que fuesen, con las leyendas, los patos, las historias moras, los peces, el viejo molino…

(2) Aquel día entré en una peluquería y me corté el pelo bien corto, necesitaba ser otra persona por un tiempo; todos se fijaron en mi corte de pelo y se olvidaron de mis explicaciones. Odio que me consuelen o que se compadezcan, eso duele más que servir.

Ya han pasado casi cinco años, y todo ha cambiado y va a seguir cambiando pero aunque se vuelvan borrosos los recuerdos siempre estarás conmigo. Te quiero.